Si ya ha perdido la fe en el dinero en efectivo y desea adquirir un activo tangible con una alta densidad de valor o salir de las inversiones en oro o BTC, el osmio es la elección correcta.
En la tabla periódica hay ocho metales preciosos. Siete de ellas se han lanzado al mercado y ya son reconocidas en todo el mundo. El octavo metal precioso se llama osmio y tiene unas propiedades muy especiales que lo distinguen claramente de los demás metales preciosos.
El osmio es el octavo y último de los metales preciosos. Está a disposición de los inversores en su forma cristalina como activo tangible. Debido a la química especial que implica, la cristalización requiere elevadas medidas de seguridad en el laboratorio y consume mucho tiempo y energía. Debido a su extraordinaria belleza, también se le conoce como el «elemento sol». El osmio se utiliza para la producción de joyas exclusivas y como metal de inversión para inversiones de capital a largo plazo.
El «Osmium-Institut zur Inverkehrbringung und Zertifizierung von Osmium GmbH» alemán se fundó para garantizar una manipulación normalizada en el comercio y la transformación del osmio cristalino y promoverlo a escala internacional. El objetivo es crear más institutos en todo el mundo. Los institutos Osmium ya están presentes en 4 continentes. Las directrices necesarias para el comercio, la formación y la transformación se elaboran conjuntamente con el Osmium-World-Council e.V . en simposios anuales.
Los acuerdos aduaneros se negocian y ratifican en todo el mundo para garantizar un comercio fluido dentro de la red internacional. Los institutos de osmio sólo participan en el comercio como parte de la comercialización inicial. Todas las tareas comerciales están en manos de distribuidores y mayoristas y sus conexiones en más de 30 países de todo el mundo.
Las perspectivas de futuro de la inversión en activos materiales de osmio son realmente buenas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el osmio no es para estrategias de inversión a corto plazo. Todo el osmio extraíble del mundo no se extraerá, cristalizará y venderá en poco tiempo. Llevará años, quizá incluso más de una década. Pero si se adopta una perspectiva a largo plazo y se tiene la paciencia necesaria, una inversión en osmio puede dar buenos resultados.
El osmio se extrae como osmio bruto y los inversores lo conservan en especie tras el proceso de cristalización. A su vez, lo venden gradualmente a la industria joyera. Este proceso es fijo y no se sabe cuánto durará. Dentro de unos años, todo el osmio bruto extraíble se habrá agotado y todo el osmio cristalizado, salvo un pequeño porcentaje, se habrá integrado en el mercado de la joyería. El segmento de la joyería representa actualmente el 3% del mercado y el de los activos materiales de osmio, el 97%. Si este escenario se materializa, el precio del osmio como activo tangible será muchas veces superior al actual.
Al ser el metal más raro en su forma cristalina, el osmio tiene por tanto el potencial de convertirse en una especie de moneda de cambio que podría cobrar especial importancia para los inversores en activos reales. En el caso del osmio, en realidad no estamos hablando de una escasez ni de la búsqueda de nuevos yacimientos y minas, sino de una probable indisponibilidad que nunca ha ocurrido con ningún otro elemento.
En los primeros tiempos de la comercialización del osmio, el comprador típico era un particular ambicioso que quería participar en el lanzamiento de una auténtica nueva oportunidad de inversión. Este tipo de comprador ha cambiado hoy en día.
En 2020, el osmio fue demandado principalmente por su función contra la crisis, la inflación y la protección de activos. La pandemia resultó ser un catalizador y un impulsor de tendencias, impulsando significativamente las ventas y la demanda. Gracias a su falta de correlación con la renta variable, el euro y los tipos de interés, el osmio sirve de ancla de estabilidad, sobre todo en las carteras diversificadas, y reduce su riesgo global.
Incluso si, como ha ocurrido varias veces en el pasado, el precio del oro baja y el de los diamantes se desploma y las ventas caen un 90%, el osmio permanece estable y no se ve afectado por la caída. En vista de la explosión de la deuda, comprar osmio tiene más sentido que nunca. E incluso algunos países se están planteando incluir el osmio en sus reservas nacionales.
Los institutos científicos europeos tienen muy buena reputación internacional y gozan de confianza en la cooperación global con otros institutos. Como esta confianza nunca se ha visto defraudada en los últimos años, los Institutos del Osmio se han convertido en una autoridad en cuestiones de osmio para particulares, periodistas, dirigentes estatales y líderes de opinión. El osmio es un metal exótico con el que la mayoría de la gente nunca ha estado en contacto. La absoluta franqueza en el tratamiento de la gobernanza empresarial, el abastecimiento ético, la venta ética, la fijación de precios, las preguntas más frecuentes y las estructuras de distribución y comercio han hecho que los Institutos del Osmio se ganen la confianza de los medios de comunicación, el mercado y los clientes.
El osmio interesa ahora a todo el mundo, ya que está al alcance de personas con presupuestos tanto limitados como elevados. Se pueden comprar cuadrados de osmio por unos cientos de euros o cajas familiares de más de 10 millones de euros.
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